jueves, 21 de junio de 2007

Lamento

Creo no ser la única que se arrepiente de muchas cosas dichas y otras que nunca tuvieron la fuerza para ser oídas, lamento todas las discusiones y aún recuerdo todas esas noches rompiéndome la cabeza tratando de encontrar una disculpa apropiada o una razón más para buscarte, tú eres la persona que me dio la confianza de desnudar mi alma y mi vida sin vergüenza, sin secretos, pero es en este extrañar todas las situaciones vividas contigo cuando me doy cuenta que la manera en que te necesito ya no es la misma que hace 7 años.

A veces es difícil retomar las conversaciones, tener aquellos momentos que nos diferenciaban de todos, que nos hacían especiales e importantes el uno para el otro.
Pueden ser mis celos desmedidos y evidentes pero celos siempre hay celos y cada vez son más fuertes quizás porque creo que los años me deberían haber dado el privilegio de ser la primera en tu lista pero hoy tengo que ver las cosas como son, ya no soy parte de aquella lista que antes solo tenía mi nombre escrito e indeleble, ahora puedo ser un recuerdo o una molestia aunque el sentimiento de un te quiero prevalezca.

Simplemente en algún momento nos perdimos, nos alejamos, dejamos de confiar o no quisimos hacerlo, mis tonterías y frases hirientes solo fueron superadas por tus puñales de desconfianza y tus reclamos hicieron que mi corazón dejara de quererte y a mí dejar de buscarte hasta el punto de ya no necesitarte, de ya no idealizarte, y de ya no confiarte mis miedos, ni mis logros o mis frustraciones.

Por más que de la nada me abraces como antes y creas que sigo siendo esa pequeña que necesitaba tus palabras para continuar viviendo, ya no significas nada. Ahora aquella escena se ve lejana y casi irreal, ya tus palabras no trascienden en mí, tus abrazos son tan vacíos como la soledad que alguna vez mi alma sintió cuando las lágrimas inundaron mi corazón y tus acciones destrozaran nuestra amistad.

Yo me equivoqué muchas veces contigo, te hice daño con mis acciones y aún más mis palabras atravesaron tu pecho cual dagas sin piedad, creo que en el fondo no te he perdonado tu falta de sinceridad en aquel momento en el que necesitaba la verdad, para poder seguir sin ti.

No es una despedida de amor desesperado sino es un lamento por una amistad perdida, por dejar de vernos como éramos, como somos dos personas que sienten, viven y siempre se cruzan pero nunca se prestan atención.

Lástima que todo terminara así espero que volvamos a confiar en nosotros como antes solíamos hacerlo, poder conversar sin abrir una herida nueva, poder vernos a los ojos como antes cuando solo veíamos sinceridad y sentíamos confianza.

Yo te extraño, por qué ahora eres un extraño para mí quiero volver a conocerte, darnos la oportunidad de retomar o comenzar a ser amigos, ya no te necesito eso lo sé pero nos vendría bien saber que estamos siempre ahí el uno para el otro.

No perdamos la oportunidad de ser adultos incluso en nuestra amistad ya hemos sido niños mucho tiempo y de qué nos ha servido, es momento de decidir si vienes o te vas, y si te vas vete para siempre, sin regresar la mirada y ver todo lo que estarías perdiendo.

No hay comentarios: